Con cada visita de Paul McCartney a México, nos queda clara una premisa: no hay en este mundo un músico capaz de aglutinar a su alrededor tantas y tan diferentes generaciones. De verdad, ninguno.
Pero no es solo el hecho de que haya pertenecido a la banda más importante de la historia. No: hay algo en su persona y en su música que derrocha autenticidad, carisma y una presencia magnética. Y eso se extiende a sus canciones, sus discos, sus conciertos, sus fotografías e ilustraciones, incluso a los músicos que le rodean. Es imposible no sentir una gran simpatía por James Paul McCartney, un verdadero arquetipo de rockstar que va más allá de la frivolidad que suele acompañar a tantas figuras públicas.
La sencillez de sus canciones les concede una naturaleza mágica, universal. Escuchar composiciones tan simples como "Love Me Do", "And I Love Her" o "Yesterday" en un recinto con capacidad para tantísimas personas, tiene un efecto realmente poderoso. Padres, hijos, abuelos, hermanos o perfectos desconocidos. Ayer todos estuvimos unidos bajo la bandera de la música.
La presentación fue especialmente generosa para los beatlemaniacos, pues gran parte del setlist se inclinó hacia el catálogo de los Fab Four. Como ya es costumbre en Paul, el concierto fue maratónico —38 canciones, más de tres horas de música consecutiva—, y sin embargo, parecía que no teníamos llenadera. Nadie quería irse; nadie quería que esa fiesta terminara. Y Paul, por sorprendente que parezca, no mostraba tampoco signo alguno de agotamiento.
El británico, tan considerado él, procuró decirlo todo en inglés y luego en español, o viceversa. Dedicó "Here Today" a su "carnal" Lennon, y "Something" a George Harrison. Vimos a un Abe Laboriel Jr. (batería) entregando todo sobre el escenario, como siempre. Y, en general, Paul y su grupo demostraron una solvencia interpretativa propia de los grandes, de un espectáculo de primer nivel.
Qué decir de los visuales: un deleite para todo fan de Macca, los Wings y los Beatles. Un homenaje a todas esas fases tan importantes en la vida de Paul, sus álbumes, sus personajes, sus amores y amigos, y por lo tanto, un homenaje a sus fans más acérrimos.
La magia estaba ahí. Uno podía darse cuenta en las pequeñas pero muy significativas viñetas que había por todos lados: una pareja de jóvenes cantándose "Black Bird" al oído, una quinceañera que acudió desde Monterrey y apenas podía creer lo que sucedía, gente de la tercera edad bailando como adolescentes, familias uniformadas con el traje azul de Paul en Sgt. Pepper's, matrimonios festejando su aniversario de bodas, etcétera.
Aún no termina el año, pero no importa lo que venga: el One On One Tour en el Azteca fue el concierto de 2017.
Setlist:
-
A Hard Day's Night
-
Save Us
-
Can't Buy Me Love
-
Letting Go
-
Got to Get You Into My Life
-
Let Me Roll It
-
I've Got a Feeling
-
My Valentine
-
Nineteen Hundred and Eighty-Five
-
Maybe I'm Amazed
-
We Can Work It Out
-
In Spite of All the Danger
-
You Won't See Me
-
Love Me Do
-
And I Love Her
-
Blackbird
-
Here Today
-
Queenie Eye
-
New
-
Lady Madonna
-
FourFiveSeconds
-
Eleanor Rigby
-
I Wanna Be Your Man
-
Something
-
A Day in the Life / Give Peace a Chance
-
Ob-La-Di, Ob-La-Da
-
Band on the Run
-
Back in the U.S.S.R.
-
Let It Be
-
Live and Let Die
-
Hey Jude
Encore:
-
Yesterday
-
Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band (Reprise)
-
Helter Skelter
-
Birthday
-
Golden Slumbers
-
Carry That Weight
-
The End
Referencia: Setlist.fm
No te pierdas:
U2 ya es mexicano: reseña de The Joshua Tree Tour en el Foro Sol